Cuando nos plantearon la actividad, mi reacción fue bastante indiferente. No me pareció un trabajo que me valla a ayudar mucho en mi carrera o ingreso al área laboral.
Para mi sorpresa, finalizado el trabajo me di cuenta que tan errada estaba. Fue no solo productivo en el sentido que pasé tiempo con mis amigas y me divertí mucho por ser una actividad distinta, sino que también me hizo reflexionar y mover un montón de cosas que antes pensaba tenía tan firmes.
Para hacer el trabajo, empezamos pensando en quién iba a ser el protagonista de nuestro fotolibro, qué objeto, que persona, fue una decisión difícil, pero nos gustó lo que surgió. Un globo naranja lleno de harina, para poder moldearlo y darle la forma que nosotras queramos, para así representar lo que nuestra lluvia de ideas generó en una libreta borrador.
La parte más divertida fue sacar las fotos, juntarnos a tomar la leche mientras pensábamos en qué posición, con que luz, de qué forma poníamos el globo, y mil dudas que nos surgían al momento de la sesión.
A pesar que hacer las fotos fue lo más entretenido, pensar y reflexionar las frases que colocaríamos en el fotolibro fue sin dudas, la parte mas interesante, ACÁ realmente hice el click de la importancia y razón de esta actividad, fue ese el momento que más valoré y me llevo de esto, la enseñanza, aprender que tengo que luchar por mis sueños, que nada en la vida te lo regalan, que hay que trabajar duro para conseguir lo que queremos, y que adversidades siempre van a existir, pero de ellas se aprende..